-Hola queridos amigos estamos todos reunidos con ustedes en esta hermosa fiesta.

-En este tiempo El cielo y la tierra se comunican, dice Louis

-La tierra exhala para encontrarse con el espacio cósmico. En este momento las Fuerzas de Cristo que se encuentran en la Tierra se unen con las estrellas.

-Ahora Yo también puedo unirme al aire para vivir con el cosmos y mi aire es mi voz, es mi canto.

-Como este hermoso pájaro que  une su canto al aire y con el retorna la sabiduría del cosmos.

-Vamos a platicar de ese gran hombre Juan el Bautista

Juan el Bautista fue un hombre muy especial, nació 6 meses antes que Jesús y su nacimiento también fue anunciado por un ángel.

Juan fue educado de una forma muy especial y así vivia de una manera tal que le permitía poder distinguir ciertas cualidades de los hombres y reconocer al Mesias cuando ya estuviese sobre la Tierra, Juan se alimentaba con  vainas y miel silveste y por medio de sus enseñanzas podía capacitar a otras personas a ser sensibles a esta percepción, uno de sus ritos del aprendizaje era el Bautismo. Este Bautismo lo realizaban en el Río Jordán y era por medio de una emersión total del cuerpo, lo que se pretendía es que una de unas partes del cuerpo que nos da vida está muy pegada a nuestro cuerpo físico, y mediante la experiencia en el agua los hombres que recibian el Bautismo recordaban acontecimientos de su vida propia vida que les hacía reflexionar y darse cuenta de su valor como ser humano, sentían que algo nuevo estaba sucediendo y su vida se sentía iluminada. Y se encontraban preparados para entender los signos de los Tiempos 

¡CANTEMOS!

Todas las piedras en coro
miran al sol con placer.

Todas la plantas en coro
dirigen al sol su crecer.

Los animales en coro
alaban al sol al nacer

El hombre dice contento:
¡Yo llevo al sol en mi ser!

-Toquemos nuestra flautas el Himno a la alegría y cantemos:

¡Alegría, hija del Elíseo!

Tu hechizo vuelve a unir

lo que el mundo había separado

todos los hombres se vuelven hermanos

allí donde se posa tu ala suave.

¡Abrazaos, criaturas innumerables!

¡Que ese beso alcance al mundo entero!

¡Hermanos!, sobre la bóveda estrellada

tiene que vivir un Padre amoroso.

¡Alegría, hermosa chispa de los dioses,

hija del Elíseo!

¡Alegría, hermosa chispa de los dioses!

-Ahora cantemos y danzemos un Halleluia y cada uno de nosotros desde nuestro corazón cantemos algo que queramos compartir con Cristo.

-Cuando Sebastián concluyó el trabajo, de atrás de los árboles aparecen sus amigos y los guardianes del bosque.

-Bien Sebastián vamos a narrar la mitología germana del gran árbol del mundo Yggsadril.

- De la narración va a surgir la siguiente actividad.

- Correcto ahora de los animales que aparecieron en la mitología, debes ir cada día al lugar en donde los puedas encuentrar y buscar una nueva señal de la actividad a realizar.

Toma una muestra de la experiencia que tengas con cada uno de ellos.

Sebastián se dispone a cumplir con las tareas encomendadas.

Acompáñalo