Un Gran evento Estelar

- Ya hace tres años que el cisne blanco me entregó una nueva carta de papá, y ahí estaba él frente a mí con su corazón y brazos abiertos.


 

-Papá siempre tiene algo que  comparte con todos nosotros.

Victor llega y nos comenta del terrible evento que ocurrió hace 70 años en Hiroshima y Nagasaky.

Pero, agrega, no debemos perder de viste la Misericordia de Dios. En medio del gran dolor que vivian los sobrevivientes del ataque nuclear pudieron observar que el laurel floreció.

Ustedes conocen la mitología de Dafne, el laurel, es la victoria.

Karl interrumpe a Victor.

-Señor, yo no conozco la mitologíaa de Dafne, me la podría relatar.

-Con mucho gusto:

Un día, cuando Apolo, el dios de la luz y de la verdad, era aún joven, encontró a Cupido, el dios del amor,
Jugando con una de sus flechas.
¿Qué estás haciendo con mi flecha?- preguntó Apolo con ira-. Maté una gran serpiente con ella. ¡No trates de
Robarme la gloria, Cupido! ¡Ve a jugar con tu arquito y con tus flechas!
Tus flechas podrán matar serpientes, Apolo –dijo el dios del amor-, ¡pero las mías pueden hacer más daño! ¡Incluso
Tú puedes caer herido por ellas!
Tan pronto hubo lanzado su siniestra amenaza, Cupido voló a través de los cielos hasta llegar a lo alto de
Una elevada montaña. Una vez allí, sacó de su carcaja dos flechas. Una cuyo efecto en aquel que fuera tocado por
Ella sería el de huir de quien le profesara amor. Con la segunda, quien fuera herido por ella se enamoraría
Instantáneamente de la primera persona que viera.


Al instante, el dios se enamoró de Dafne. Y, aunque la doncella llevaba el cabello salvaje y en desorden, y
vestía sólo toscas pieles de animales, Apolo pensó que era la mujer más bella que jamás había visto.
¡Hola! –le gritó; pero Dafne le lanzó una mirada de espanto y, dando un salto, se internó en el bosque como lo
Hubiera hecho un ciervo.
Apolo corrió detrás de ellas gritando: - ¡Detente, detente! Pero la niña se alejó con la velocidad del viento.

¡Por favor no corras, detente! ¡Yo no soy tu enemigo! ¿Sabes quién soy? No soy un campesino ni un pastor. ¡Soy
un dios, cacé una enorme serpiente con mi flecha!
Dafne seguía corriendo. Apolo ya estaba cansado de pedirle que se detuviera, así que aumentó la velocidad,
hasta que pronto estuvo cerca de ella. Ya sin fuerzas, Dafne podía sentir la respiración de Apolo sobre sus cabellos.
¡Ayúdame, padre! –gritó dirigiéndose al dios del río-. ¡Ayúdame!
No acababa de pronunciar estas palabras cuando sus brazos y piernas comenzaron a tornarse pesados
hasta volverse leñosos. El pelo se le convirtió en hojas y los pies en raíces que empezaron a internarse en la tierra.
Había sido transformada en el árbol del laurel, y nada había quedado de ella, salvo su exquisito encanto. Apolo se
abrazó a las ramas del árbol como si fueran los brazos de Dafne y, besando su carne de madera, apretó las manos
contra el tronco y lloró.
- Siento que tu corazón late bajo esta corteza –dijo Apolo, mientras las lágrimas rodaban por su rostro-. Y como
no podrás ser mi esposa, serás mi árbol sagrado. Usaré tu madera para construir mi arpa y fabricar mis flechas, y
con tus ramas haré una guirnalda para mi frente, y siempre serás joven y verde, tú, Dafne, mi primer amor

El laurel se considera la planta de la victoria.

Victor les dice:

-Ahora mis queridos amigos nos reuniremos los fines de semana en la zona de la Cueva del espejo. ahí poco a poco iremos platicando y realizando muchas cosas, junto con nuestros amigos los guardienes del bosque